martes, 21 de febrero de 2012

Griñán: de profesión, estratega




Lo publica hoy El Confidencial Digital. Según este diario, Griñán amenazó a Rubalcaba con dimitir si el secretario general del PSOE no retiraba su exigencia de cambiar las listas de Almería, Málaga y Córdoba e imponer la candidatura que Viera tenía previsto presentar en Sevilla. De acuerdo a esa información, el órdago de Griñán obligó al ex ministro del Interior a dejar intactas las listas de las tres provincias occidentales y a pactar con el presidente de la Junta una candidatura en Sevilla y Cádiz en la que finalmente entraron tres afines al presidente de la Junta. Rubalcaba sólo consiguió que Gómez de Celis escalase del noveno al séptimo puesto de la lista de Sevilla.


Tiene todas las de perder el próximo 25 de marzo. Diversas fuentes socialistas le acusan de falta experiencia orgánica en el partido. Muchos le ven incluso fuera de la presidencia del PSOE tras el 25-M. Sin embargo, Griñán se está revelando como un consumado estratega.


En la disyuntiva entre Rubalcaba y Chacón, Griñán apostó por la última baza que le quedaba para seguir ocupando San Telmo: la candidata catalana. Perdió pero hizo lo que debía hacer: implicarse al máximo en la campaña de Chacón porque no le cabía en la cabeza tener que pasearse por los mítines de la mano de quien obtuvo el peor resultado electoral del PSOE frente a la frescura que representaba Chacón.


Una semana después y tras las apelaciones de Rubalcaba a la integración y la entrada de griñanistas en puestos de salida en la lista de Jaén (controlado por los rubalcabistas), el presidente de la Junta hizo caso omiso de esas llamadas e impuso sus propias listas hasta en seis de las ocho provincias andaluzas. Sólo le faltó Cádiz donde hay una abrumadora mayoría del sector afín a Rubalcaba.


Y al día siguiente de conocerse las listas aprobadas por los comités provinciales y ante la exigencia de Rubalcaba de cambiar cuatro de esas listas, consciente de que el secretario general del PSOE no se puede permitir perder el poder en la única comunidad (junto al País Vasco) donde gobierna, lanza un órdago. Y lo gana. No sólo consigue mantener todas las candidaturas sino que además consigue incorporar a tres de personas de confianza en las listas de Cádiz (Menacho y Jiménez) y Sevilla (Martínez Aguayo).


Probablemente, el 25-M pasará a la historia por el día en el que el socialismo andaluz perdió el poder. Pero también por las elecciones en cuya precampaña uno de sus líderes se reveló como un consumado estratega. Pierda o no las elecciones Griñán, Rubalcaba haría bien en mantener en su equipo a alguien como el presidente de la Junta, que se permite incluso el lujo de mantener pulsos con el astuto secretario general del PSOE y... ganarlos.

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