domingo, 21 de octubre de 2012

Chacón y el socialismo andaluz

En febrero de este año, Rubalcaba salió elegido secretario general del PSOE por sólo 22 votos de diferencia respecto a Chacón. El 38º Congreso socialista y el apoyo de Griñán a la ex ministra de Defensa desembocaron en el inicio de una guerra interna dentro del socialismo andaluz que desembocó en la aparición de una oposición interna a Griñán cuantificable en torno al 35% del PSOE-A. Pero no sólo la ejecutiva del PSOE-A respaldó a Chacón en aquel congreso. También el socialismo catalán y la actual ejecutiva del PSPV, que lidera Ximo Puig.

Chacón ha decidido mantenerse provisionalmente alejada de la primera línea política (salvo alguna justificada aparición en relación al debate sobre el independentismo en Cataluña) y dedicarse a planificar su candidatura a las primarias socialistas, que presumiblemente se celebrarán a finales del 2014, a la vez que se prepara (cuenta ya con Borrell como profesor de Economía) para ser la próxima presidenta de Gobierno. Mientras tanto, la oposición blanda de Rubalcaba y el hecho de que sea un político a quien la ciudadanía asocia al más inmediato pasado socialista (representado por Zapatero) ha llevado al PSOE a mínimos históricos en las encuestas (entre el 20 y el 25% en intención de voto).

Este dato no ha pasado desapercibido ni para Griñán ni para Puig -el socialismo catalán tiene ahora otros problemas más urgentes que resolver- que acaban de reunirse en Sevilla no para hacer una “enmienda a la totalidad”, según el secretario general del PSPV, a la oposición de Rubalcaba pero sí para “mejorar” el proyecto político de Ferraz. Sus palabras, cuidadosamente elegidas, pretenden dejar entrever que hay algo que no funciona en la oposición practicada por la dirección del PSOE federal.

Ese movimiento contra la dirección socialista tiene como objetivo robustecer un eje socialista valenciano-andaluz que se encargue de preparar el camino a una Chacón que, si ya despertó una tremenda ilusión en las bases socialistas en el último Congreso, tiene todas las papeletas para ganar las primarias de este partido dentro de dos años por aclamación. La maniobra viene justificada por el hecho de que los socialistas andaluces y valencianos necesitan de alguien que, como González en 1982, obtenga sólidas mayorías en las elecciones generales y produzca un efecto arrastre en las elecciones autonómicas. Ese alguien debe representar los nuevos tiempos y la modernidad en el PSOE. Pero además, conectar con todo el espectro de la izquierda. Si, además, es joven y mujer, mejor para obtener votos de estos dos segmentos de la población que aportan gran cantidad de sufragios. Chacón, en definitiva, es la esperanza de la izquierda.

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