domingo, 21 de julio de 2013

Susana Esponja

Dicen de Susana Díaz que es como una esponja, que absorbe todo tipo de conocimiento. Desde luego, no se le pueden escatimar ciertos méritos. Se ha terminado ganando hasta el apoyo del sector crítico de Griñán: los socialistas de Jaén, Micaela Navarro y Francisco González Cabaña. La consejera de Presidencia ha sabido unir sensibilidades diferentes -algo que no consiguió ni el propio Griñán- y eso tiene su valor. No sabemos cómo les convenció o qué les habrá ofrecido a cambio -la política es eso, no nos engañemos- aparte de que “el PSOE de Jaén tenga su propio espacio dentro del proyecto regional” pero está claro que tiene un poder de maniobra admirable. Y esto es fundamental en política. Es una virtud que podría -y debería- serle útil a la hora de unir a los partidos políticos andaluces para defender los intereses de su tierra o para hacer frente común con otras comunidades autónomas para garantizar la solidaridad interterritorial en España.

De la entrevista que Juan Manuel Marqués Perales le hacía la semana pasada para los medios del Grupo Joly podemos extraer que Díaz también parece haber asimilado el exhaustivo trabajo que va a tener que realizar para ganarse la confianza de “los territorios” (es decir, las provincias andaluzas excepto Sevilla) de cara a garantizarse el éxito en las próximas elecciones andaluzas. La circunscripción de Sevilla reparte sólo 18 escaños mientras que el resto de provincias distribuyen 91. La clave electoral no está en las políticas para Sevilla, sino en las que se hacen para el resto de provincias. Zoido no comprendió eso y de ahí su brusco descenso en las encuestas. Cuando Díaz afirma haber comprobado que “hay provincias que se sienten alejadas del centro decisión que es Sevilla” está reconociendo el esfuerzo que tendrá que hacer para superar el anti-centralismo existente en provincias como Málaga, Granada o Almería. Y eso en una secretaria general de los socialistas sevillanos -cargo que no le beneficia en el resto de provincias andaluzas- es un plus.
Por último, un aspecto de la política que a la candidata socialista todavía le queda por aprender. Díaz se autodefinía en la entrevista como “una lectora voraz”. Sin embargo, llama la atención que afirmando, como dice ella, leer “de todo (informes, prensa, novela histórica…)”, no haya leído, como comentábamos en este blogAndalucía, la aldea gala, que analiza las pasadas elecciones andaluzas (no obviamente porque lo haya escrito el autor de este blog sino porque aparte de estudiarse en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Granada y haberse interesado por la obra otras personas de su partido, trata un asunto de interés para una profesional de la política como ella). Pero sorprende aún más que se vanaglorie de no haberlo hecho. Recupero este episodio porque la prudencia es siempre buena consejera a la hora de realizar declaraciones ya que la hemeroteca siempre juega malas pasadas.

domingo, 30 de junio de 2013

¿Una oportunidad para el PP andaluz?

La renuncia de Griñán a volverse a presentar como candidato a las elecciones autonómicas y la convocatoria de primarias por parte del PSOE-A el día 29 de julio abre un periodo de incertidumbre en la política andaluza. En un principio, puede parecer que la decisión del presidente andaluz perjudica a su partido. Las últimas encuestas mostraban que los socialistas habían conseguido remontar la ventaja que el PP les sacó en las últimas elecciones andaluzas y tomarles la delantera por varios puntos de diferencia. Ahora tienen que empezar de nuevo. Y con un candidato novel. O mejor dicho, candidata. Porque la rapidez con la que la dirección del PSOE andaluz ha convocado primarias y el número de avales solicitados -siete mil- anima a pensar que están teledirigidas para que Susana Díaz se haga con la candidatura.
Pero si Díaz, como parece, resulta finalmente elegida, nos encontramos ante varios pros y contras. Empecemos por las malas noticias. Como le ocurre ahora a Zoido, la presidenta del PSOE sevillano va a ser siempre sospechosa de favorecer los intereses de su provincia (que en las elecciones autonómicas sólo reparte 18 escaños) frente al resto de territorios andaluces (que asignan 91 diputados), lo cual puede ser un problema en términos electorales. Por otro lado, las líderes socialistas, en la mayoría de los casos injustamente, no tienen tan buena prensa como las populares, generalmente mejor consideradas por los medios de comunicación a la hora de gestionar asuntos públicos. Bibiana Aído, Leire Pajín o Magdalena Álvarez son algunas muestras de este argumento. En el PP, sólo Ana Botella tiene este problema. Para más inri, Díaz tiene el sanbenito mediático de que no se la considera preparada académicamente ni tiene el mismo nivel que anteriores presidentes andaluces.
Sin embargo, es una candidata joven, algo que los ciudadanos habitualmente valoran positivamente a la hora de votar, como hicieron con Zapatero, y no está salpicada por el fraude de los ERE arrebatando así una importantísima arma a los populares andaluces. Por otro lado, la dinámica electoral en España es anti-PP. Los españoles -independientemente de su procedencia, salvo en Galicia- están deseando castigar a los populares por los hachazos al Estado de Bienestar y por las cifras de paro. Si los andaluces ya lo hicieron hace un año cuando los recortes de Rajoy estaban empezando y estando aún fresco el recuerdo de Zapatero, con más razón lo harán dentro de tres años. Y eso es muy difícil que cualquier candidato conservador lo impida. En el mejor de los casos para el PP andaluz, que convoque primarias en otoño y salga elegido o bien José Antonio Nieto, un político de extracción humilde que ha conseguido gobernar en una plaza tradicionalmente de izquierdas como Córdoba, o bien Mari Carmen Crespo, que sería la anti-candidata Díaz para paliar el factor femenino, se antoja muy difícil -aunque no imposible- que los conservadores andaluces consigan dar la vuelta a la tortilla electoral andaluza, más aún con el auge de Izquierda Unida, que sería clave a la hora de formar gobierno.

domingo, 23 de junio de 2013

Balance Valderas

El actual vicepresidente de la Junta de Andalucía cogió las riendas de la sucursal andaluza de Izquierda Unida en el año 2000 con sólo seis escaños, prácticamente en empate técnico con el Partido Andalucista y sin responsabilidades institucionales. Trece años después, abandona la coordinación general de su formación con doce escaños, ostentando la vicepresidencia de la Junta de Andalucía y habiendo conseguido para Izquierda Unida tres consejerías, alguna con tanta visibilidad como la de Vivienda. Es, por tanto, una rara avis en el panorama político actual, ya que es uno de los pocos líderes que abandona el máximo cargo de su formación dejándola mejor de lo que está.
Es cierto que en las elecciones  (2004 y 2008) que antecedieron a las últimas celebradas no obtuvo avances en términos de representación parlamentaria. Sin embargo, Valderas supo en la última campaña electoral ofrecer una alternativa a un electorado de izquierdas huérfano -debido a los casos de los ERE y a la descomposición del PSOE a nivel nacional-, que no dudó en votarle para parar a un PP que mostró muy rápidamentes sus intenciones vía reforma laboral y la subida de impuestos.
Del año en el que el vicepresidente de la Junta ha compatibilizado su cargo con la dirección de su partido cabe también extraer un balance positivo pese a ciertos silencios en el caso de los ERE. Valderas y los suyos han sabido llevar al PSOE y a la Junta de Andalucía a posiciones nítidas de izquierda con decretos como el de la expropiación del uso de la vivienda para evitar el desahucio de familias en riesgo de exclusión. Como consecuencia de ese liderazgo en el Gobierno andaluz, los ciudadanos premiarían a Izquierda Unida, según el último sondeo publicado por andalucesdiario.es, viéndose aumentado su porcentaje de intención en voto del 11,3% cosechado en las últimas elecciones andaluzas al 16,8 % que le otorga esta encuesta. El listón está alto. Veremos si Maíllo lo supera.

domingo, 2 de junio de 2013

En dietas, todos de acuerdo

Son el cuarto problema del país. No lo dice quien esto escribe. Lo piensan los españoles, según el CIS. En sólo cuatro años, han pasado de estar entre los tres principales problemas del país para el 8% de la ciudadanía al 32%. Sí, querido lector. Ha acertado. Estamos hablando de políticos. Y es que en lo único en lo que se ponen de acuerdo, desde el PP hasta IU pasando por el PSOE, es en subirse los sueldos. Y en intentar zanjar la polémica, cuando les pillan. En lo demás, no hay margen para el pacto.
¿Un ejemplo? El acuerdo de PSOE, PP e IU (por cierto, con nocturnidad, porque decidieron no darle publicidad) para subir la dieta por alojamiento y manutención del presidente del Parlamento andaluz y de los portavoces adjuntos de los tres partidos en la Cámara.
En cualquier hogar, las personas que tienen la responsabilidad de gestionar su menguante presupuesto familiar asumen el sacrificio de dejar de cenar fuera de casa o de no ir al cine para que el resto de sus miembros puedan seguir comiendo, estudiando en la universidad o practicando deporte. En cambio, las personas que asumen el honor de gestionar el presupuesto de todos, no tienen reparos en subirse sus remuneraciones a costa de nuestra educación, sanidad o pensiones.
Muchos partidos políticos contratan a consultores políticos para que les orienten sobre las estrategias que deben adoptar para ganar elecciones. No les hace falta. El partido político que adopte prácticas honestas y decentes, con independencia de su ideología, subirá en intención de voto. No es casualidad la subida de hasta 30 escaños que las encuestas conceden a UPyD. En el caso que nos ocupa, no existe la menor duda de que el partido que obligue a dimitir de sus cargos a sus miembros en la Mesa del Parlamento (incluido su presidente, Manuel Gracia) gozará de un plus de simpatía por parte de los andaluces. Sí, querido lector. También ha acertado. No lo harán.

domingo, 19 de mayo de 2013

¿Venezuela o Suecia?

Un doloroso problema de imagen. Es lo primero que siempre se me viene a la cabeza tras escuchar, con cierta frecuencia, cómo en el resto de España (no sólo en Cataluña) se tacha a los andaluces de pobres, vagos y analfabetos. No importa que esos adjetivos no se correspondan con la realidad. Y seguramente muchos de los que piensan de esa forma lo seguirán haciendo durante toda su vida, se haga lo que se haga. Pero me pregunto si desde Andalucía se puede hacer algo para mejorar esa imagen. No parecen ayudar anuncios como el del vicepresidente de la Junta, Diego Valderas, informando sobre la celebración de un “gran encuentro” entre Andalucía y los países integrantes del ALBA (Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Ecuador, entre otros, con Iran y Siria como observadores) para “abrir una cooperación directa, no sólo económica sino también política”.
Desde una óptica progresista, nuestros gobernantes se tienen que preguntar si quieren que Andalucía se parezca a Venezuela -donde la renta per capita es de 13.000 euros a pesar del abundante petróleo del que dispone y donde la escasez de alimentos es crónica- o a Suecia -donde la renta per capita es de 42.000 euros y donde los sucesivos gobiernos socialdemócratas han creado un Estado de bienestar que ha posibilitado que su país sea uno de los que tiene el índice de desarrollo humano más alto (indicador que mide la esperanza de vida, la educación y el nivel de vida).
Seguro que el PSOE andaluz tiene muy clara su elección. Y hasta ahora, Griñán ha sido generoso con Izquierda Unida, atendiendo a su peso parlamentario, concediéndole un papel muy relevante no sólo en el organigrama de gobierno de la Junta sino también en el diseño de las políticas realizadas por el Gobierno andaluz. Y es justo decir que algunas de esas políticas impulsadas por la coalición que lidera Diego Valderas, como la expropiación del uso temporal de la vivienda a las entidades bancarias, son justamente lo que muchos ciudadanos -andaluces y del resto de España- están pidiendo a sus gobernantes. Pero no menos cierto es que algunas actitudes de Izquierda Unida, como la alianza política con determinados gobiernos, perjudican la imagen de Andalucía. Como no puede ser de otra manera, es digno de elogio el apoyo económico por parte de la Junta de Andalucía a los ciudadanos cubanos o venezolanos.El rasgo que diferencia a la izquierda de la derecha es la solidaridad con los ciudadanos que más recursos económicos necesitan. Pero otra cosa es compartir con los gobiernos de esos países “elementos de carácter político”, como dice Valderas. La izquierda y el progreso están en Suecia, no en Venezuela.

domingo, 12 de mayo de 2013

Disparen a Andalucía

Está de moda. Si tienen algún problema, olvídense del Equipo A. Échenle la culpa a Andalucía. El último en hacerlo ha sido el presidente extremeño, José Antonio Monago, quien ante el enésimo ataque de los nacionalistas catalanes (sí, esos que se gastan el dinero de los contribuyentes en embajadas, en seis cadenas autonómicas de televisión y en repartirse las comisiones de las ITV en vez de en construir hospitales) ha echado balones fuera indicando que son sus hermanos del sur los que gastan más dinero del que reciben. ¿El escenario? Lo han adivinado: Barcelona. Un ejemplo más de la degradación política que se vive en nuestro país y la falta de valores de nuestra clase política.
Monago cree haber hecho bien sus cálculos. Quiere que Extremadura ofrezca una imagen de tierra competitiva y con solvencia económica. Quiere que la percepción que todavía existe en partes de nuestro país sobre las regiones del sur cambie. Al menos en lo que se refiere a Extremadura. Y hay que reconocerlo: su gobierno ha hecho sus deberes económicos. Ha cumplido con los objetivos de déficit. Pero no debe olvidar que el mismo gobierno nacionalista catalán que culpa a Extremadura de sus males -del mismo modo que los xenófobos de la Liga Norte gritan 'Roma ladrona'- es el que ha incumplido esos objetivos de déficit. Ni  tampoco que Extremadura no es limítrofe con Cataluña sino con Andalucía. Ni que buena parte de las empresas extremeñas operan en Andalucía, no en Cataluña. Ni que quien quiere limitar la solidaridad interterritorial (por cierto, tan necesaria para algunas regiones como Extremadura) son los nacionalistas catalanes, no los andaluces.
Un último apunte. Es difícil de entender cuál es la razón de ser de un partido como el PP andaluz, cuyos diputados comparan su tierra con Etiopía y cuyo portavoz parlamentario suscribe la tesis de Monago y de los nacionalistas catalanes cuando echa la culpa a Andalucía de los males catalanes. ¿Era esa la defensa de los intereses andaluces que prometían hace un año en campaña?

domingo, 21 de abril de 2013

Tres comidas al día

Dejaré claro mi posicionamiento político antes de empezar el artículo. Si como parecen indicar los datos aportados por la consejera de Presidencia, Susana Díaz, el problema de pobreza en Andalucía es tal que se necesita la intervención de la Junta para garantizar a través de su red de centros escolares tres comidas al día a los niños en riesgo de pobreza, es imprescindible que se actúe de forma inmediata.
Dicho esto,  el nuevo decreto comporta graves riesgos para la imagen de Andalucía. A diferencia del problema de los desahucios, que se percibe de forma nítida en toda España, no se puede decir que se aprecie la misma situación en lo que se refiere a la pobreza. Existe el peligro de dibujar un retrato de la comunidad a la cola en España y en Europa en lo que concierne a indicadores de inclusión social. Ya hemos visto que no ha tardado ni unas horas el portavoz adjunto del Grupo Popular y diputado por Almería, Rafael Hernando, en comparar, de una forma un tanto mezquina, a Andalucía con Etiopía con fin de erosionar políticamente a los socialistas.
Apuntadas las posibles consecuencias de este nuevo decreto, resolvamos el problema cuanto antes y, si es necesario, extiéndase el modelo a otras partes de España. Como dicen, no hay peor ciego que el que no quiere ver…

domingo, 14 de abril de 2013

Andalucía, más gala que nunca

Hace poco más de un año, me plantee cuál debía ser el título del libro que narraba los cuatro meses de campaña permanente transcurridos entre el arrollador triunfo del PP en las elecciones generales del 20 de noviembre de 2011 y su amarga victoria en los comicios andaluces del 25 de marzo de 2012. Al haber resultado fructífera la estrategia socialista de contraponer  el modelo social de la izquierda andaluza frente al de la derecha española de los recortes y la reforma laboral -utilizando como referencia la resistencia de Asterix y Obelix frente a los romanos-, decidí titularlo Andalucía, la aldea gala. En aquel momento, sin embargo, no se veía una diferencia real entre ambos modelos sino más bien de discurso.
Tras la aprobación por la Junta del decreto que permite la expropiación temporal del uso de la vivienda para evitar el desahucio de familias en riesgo de exclusión, la situación ha cambiado drásticamente. Es la primera medida que sitúa a Andalucía de forma efectiva en la vanguardia de las políticas sociales en España. Por primera vez, se empieza a observar con claridad dos modelos diferenciados.
Desde algunos ámbitos se señala que el decreto se ha lanzado en este momento para desviar la atención mediática de las últimas semanas sobre el proceso de los ERE. Sin embargo, poco les importa eso a las miles de familias que podrán vivir en las viviendas de las que han sido desahuciadas o a aquellas que estén en proceso de desahucio. Otros dicen que se trata de una medida demagógica y populista. Lo que sí es cierto es que es popular y, permitidme la expresión, aprobada incluso por los propios votantes populares. Según una encuesta de La Sexta, realizado por Invymark, el 83,4% de los ciudadanos está a favor del decreto frente al 13% que se posiciona en contra. Más esclarecedor resulta ver cómo el 61% de los votantes del PP también aprueba la medida. En una situación dramática poco importan las razones de una medida imprescindible.
Por la aportación del decreto andaluz a la mejora de las condiciones de vida de sus ciudadanos, es de justicia terminar este artículo con una palabra que hace años que los políticos no escuchan. Enhorabuena.

domingo, 7 de abril de 2013

El enemigo, en casa

Varios medios informativos han insinuado que las declaraciones de la consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, a Canal Sur situando las responsabilidades políticas del caso de los ERE en los ex consejeros de Empleo, José Antonio Viera y Antonio Fernández, fueron realizadas con el consentimiento de Pepe Griñán.
Sin embargo, vayamos a los hechos. Dos días antes de la entrevista de la consejera en la cadena autonómica, el presidente de la Junta se había apuntado un tanto político al haber sido acusado erróneamente por el líder de la oposición, Juan Ignacio Zoido, de haber incluido a intrusos en unas ayudas públicas realizadas a la empresa Primayor. Tras la posterior rectificación del PP andaluz, la atención mediática se había desviado del asunto del 'fondo de reptiles', centrándose en Bárcenas y la Infanta, con el Partido Popular y la Corona como principales damnificados. Pero las palabras de Martínez Aguayo en Canal Sur colocaban de nuevo a los ERE y al PSOE en el centro del debate sobre la corrupción política en España. Es imposible que una persona con la capacidad estratégica de Griñán hubiese dado su consentimiento a un error de tal magnitud.
Además, como señalan hoy varios medios de comunicación, esas declaraciones suponían un torpedo en la línea de flotación del acuerdo no escrito entre rubalcabistas y griñanistas de no elevar el nivel de responsabilidad política en el caso de los ERE por encima del ex director general de Empleo, Francisco Javier Guerrero. El propio Griñán ha tenido que desmarcarse hoy públicamente en El País de las palabras de su consejera, calificándolas como declaraciones “a título personal”.
Es comprensible que Martínez Aguayo quiera apartar la responsabilidad política de los ERE de la consejería de Hacienda, de la que su jefe, Pepe Griñán, y ella eran titulares como consejero y vice-consejera. Sin embargo, desde el punto de vista de la comunicación política, es inexplicable cómo el Gobierno andaluz permite que algunos de sus miembros hablen sobre un tema tan dañino para sus intereses como los ERE.

domingo, 24 de marzo de 2013

La factura electoral de los ERE

¿Cómo afectan electoralmente los casos de corrupción a los partidos políticos? Si nos atenemos a este exhaustivo análisis de Álvaro Marchante, cada caso de corrupción le cuesta al partido implicado, de media, un 0,3% en el voto directo en el siguiente sondeo del CIS tras la aparición del escándalo en los medios de comunicación. Es decir, la corrupción les sale prácticamente gratis, demoscópicamente hablando.

Pero vayamos a votos reales. Los españoles votan más pensando en su bolsillo, que en el del vecino, llámese éste Bárcenas o Guerrero. A Felipe González no le echó del poder el caso Roldán (que sólo supuso la pérdida de un punto en intención de voto en el siguiente sondeo del CIS) sino la situación económica de España a mediados de los 90. Más cerca aún en el tiempo. El PP amplió su mayoría absoluta en la Comunidad Valenciana en las elecciones autonómicas de 2011 a pesar del caso Gurtel y el PSOE sigue gobernando en Andalucía pese al escándalo de los ERE. ¿Razones? Los valencianos premiaron la imagen de prosperidad (Fórmula 1 y Copa América, incluidas) de su Comunidad, que luego vimos que no era tal. Los andaluces, por su parte, castigaron en las elecciones autonómicas de 2012 la subida de impuestos de Rajoy (especialmente, los de derechas, que se quedaron en casa) y la reforma laboral (sobre todo, los votantes de izquierdas). Es verdad que los andaluces sí pasaron una pequeña factura electoral al PSOE en forma de 9 escaños y seiscientos mil votos por los ERE, su mala gestión económica y sus conflictos internos. Pero que el escándalo que ha supuesto la mayor fuga de dinero público en España no haya supuesto la pérdida de poder de un partido político de izquierdas -al que se le supone mayor cuidado en el gasto público que a uno de derechas- y que éste perdiese las elecciones por un sólo punto de diferencia respecto al PP es sintomático de hasta qué punto los españoles miran por sus propios intereses económicos.

La última encuesta de El País sostiene que el PP no obtendría ahora mayoría absoluta en la Comunidad Valenciana, hecho que sin duda se debe más a los duros recortes realizados por Alberto Fabra, tras conocerse el calamitoso estado en el que están las cuentas valencianas, que a la corrupción, que ya fue juzgada electoralmente en 2011 por los valencianos. No es atrevido pronosticar que las nuevas detenciones de la juez Alaya por los ERE tampoco tendrán un efecto electoral reseñable, más aún teniendo en cuenta su coincidencia en el tiempo con un escándalo del PP de gran repercusión mediática como es el caso Bárcenas.

domingo, 17 de marzo de 2013

Fumando espero


Tanto El Mundo como los periódicos del Grupo Joly -en la siempre más que interesante columna de Juan Manuel Marqués Perales- apuntan hoy la resistencia de Griñán a la hora de firmar el finiquito de Rubalcaba. En el momento de mayor debilidad del secretario general del PSOE, el presidente de la Junta -su antiguo adversario- no termina de ver claro la conveniencia de poner fin al pacto de agresión firmado con Rubalcaba y forzar su dimisión convocando primarias para elegir a un nuevo líder socialista.

Pero, ¿cuales son las razones que impulsan a Griñán a mantener el status quo? Marqués Perales señala la creencia de la vieja guardia socialista andaluza en una supuesta ambición del presidente de la Junta a liderar el partido en Madrid, no sin advertir que es probable que Griñán no tenga esas aspiraciones en estos momentos. Por su parte, fuentes cercanas a Griñán indican a El Mundo la necesidad de darle más tiempo a Rubalcaba por si su liderazgo se estabiliza, algo que no termina de convencer ya que es difícil que un líder político se mueva sin obtener un beneficio a cambio.

Mientras tanto, no sólo el ala chaconista se está moviendo ante una futura y definitiva crisis que fuerce las primarias. También lo hacen los rubalcabistas. O mejor dicho, los antiguos rubalcabistas. Según cuenta hoy el diario de Pedro J. Ramírez, Patxi López ya cuenta para esas primarias con el apoyo de Chaves y Zarrías -que parecen haberse cansado del pacto de no agresión firmado entre Rubalcaba con Griñán. Y ahí es donde pueden encontrarse las verdaderas razones del presidente de la Junta para no desbancar a Rubalcaba. Para el líder socialista andaluz, Rubalcaba es menos peligroso para sus intereses que López como lider socialista. El secretario general del PSOE es un líder débil, al que muchos españoles ligan con el pasado, y que por tanto necesita contar con la aquiescencia de la dirección del PSOE andaluz para mantenerse como líder socialista. En cambio, López es un político joven, cuyo único pasado ha sido propiciar las condiciones para acabar con ETA.  Por tanto, no tendría la debilidad ni las remoras que tiene Rubalcaba a la hora de impulsar al sector crítico del PSOE andaluz y hacerse así con todo el poder territorial. Además, un nuevo líder elegido a través de primarias vería como algo normal que la elección del candidato a la presidencia del Gobierno andaluz se hiciese también a través de este sistema, algo que supone un peligro para Griñán.

Y mientras Griñán espera hasta el año que viene, el PSOE sigue en mínimos históricos con una intención de voto no superior al 23% y con un líder de quien no se fía el 94% de los votantes, porcentaje superior incluso a la desconfianza que genera el propio Rajoy.

sábado, 9 de marzo de 2013

Punto de cruz mediático

Hace unos días el secretario de Organización del PSOE de Huelva, Jesús Fernández Ferrera, nos sorprendía con unas declaraciones absolutamente lamentables en las que afirmaba que “la ministra Báñez estaría mejor en San Juan del Puerto haciendo punto de cruz que llevando la cartera de Empleo”. Hasta la presidenta de su partido en Andalucía, Amparo Rubiales, tuvo que llamarle la atención en Twitter calificando los comentarios de “sexistas”. Ayer -por cierto, Día Internacional de la Mujer para más inri- el PSOE se hacía con la alcaldía de Ponferrada apoyándose en los votos de un acosador sexual. Sólo después de que Carme Chacón criticase la moción de censura, Rubalcaba pidió la renuncia del nuevo alcalde socialista. Dos hechos que revelan la falta de rumbo de un partido que siempre se ha caracterizado por la defensa de la igualdad entre hombres y mujeres.
Pero volvamos a la provincia de Huelva. Tras disculparse Fernández Ferrera en Twitter por sus comentarios y cuando la polémica ya se estaba apagando, la concejala del PP en el Ayuntamiento de Isla Cristina, Gema Isabel Gutiérrez, reaviva el asunto poniéndose a hacer punto de cruz en un pleno de su consistorio para mostrar su rechazo a las declaraciones del secretario de organización socialista onubense. Ni que decir tiene que su genial maniobra política sale en los periódicos y telediarios de media España consiguiendo así aumentar la repercusión mediática del error del político socialista.
La edil de Isla Cristina no sólo ha dado una lección de comunicación política a todo un secretario de Organización provincial. También a todos los que todavía no han conseguido liberarse de sus prejuicios. Va siendo hora de lo que hagan. Lo contrario es sinónimo de desperdiciar talento.

sábado, 2 de marzo de 2013

De 28-F a 28-F

Hace un año, tres de las cuatro encuestas que se publicaron con motivo del Día de Andalucía pronosticaban que el PP-A ocuparía el Palacio de San Telmo tras las elecciones de marzo, ya fuese con mayoría absoluta o simple (gracias, en este caso, a la más que probable abstención de UPyD). Por contra, ninguno de los tres sondeos publicados (Grupo Joly, El Correo de Andalucía y CEPES) este 28-F ofrece una mayoría suficiente para gobernar a los populares sino que todos ponen al PSOE-A por delante de estos en intención de voto. La de El Correo de Andalucía, que es la que tiene mayor muestra (2.000 entrevistados), abre incluso un profundo abismo de 10 puntos entre los dos partidos mayoritarios.

¿Qué ha cambiado en un año? El comienzo del vuelco electoral lo cuento en Andalucía, la aldea gala. Para empezar, la subida del IRPF por parte del Gobierno de Rajoy desmotivó a buena parte del electorado conservador (que es al que más le afecta este impuesto), hasta el punto de quedarse en casa el día de los comicios andaluces. Por otro lado, la reforma laboral movilizó al electorado de izquierdas, que en un principio parecía que se inclinaba por la abstención. El caso Bárcenas ha terminado de convencer a buena parte de los electores andaluces que el 25-M se inclinaron por votar al PP de que ninguno de los dos partidos políticos mayoritarios queda libre de pecado cuando de corrupción estamos hablando. Y por si fuera poco, el débil liderazgo de un Zoido empeñado en defender exclusivamente los intereses de su ciudad aleja a los andaluces de otras provincias de una opción que empiezan a ver como netamente sevillana.

Ante este panorama, es difícil que la situación electoral dé otro vuelco en tres años. Que el PP andaluz consiga gobernar por primera vez en Andalucía pasa por una especie de tormenta perfecta: la sustitución del alcalde sevillano como líder regional del PP por un político de orígenes humildes y cuya ideología linde con el centro-izquierda, como pueda ser el alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto; una reactivación de la economía española que lleve a una caída sustancial del desempleo; y, por último, que el caso Bárcenas se derrita como la nieve. Es más fácil que el Real Madrid gane este año la Liga que todo eso se produzca simultáneamente pero, como hemos visto durante este año, en política todo es posible...

domingo, 27 de enero de 2013

¿Andalucía marca el camino?

Hace casi un año Griñán eligió la frase “Por el camino seguro” como slogan electoral de su partido para la pasada campaña autonómica. Muchos criticamos en aquel momento que no cerrará el lema ofreciendo así a sus adversarios políticos la oportunidad de completar la frase añadiendo palabras como “…hacia el paro” o “…hacia la corrupción”, que en nada favorecían las posibilidades electorales de los socialistas andaluces. Ayer insistió en el tan traído “camino” sosteniendo que las políticas públicas andaluzas muestran al resto de España cómo se sale de la crisis. La palabra en cuestión ya fue utilizada en su momento por Felipe González como slogan electoralpara pedir a los españoles que avalarán electoralmente la política que llevó a cabo durante sus cuatro primeros años de gobierno. Eran otros tiempos y otras políticas.

Pero volvamos al titular que ayer nos dejó Griñán. ¿Son las políticas públicas que se realizan en Andalucía un referente para el resto de España? Depende de lo que hablemos. No hay duda que la sanidad pública andaluza sí lo es. Incluso algunos líderes conservadores, como el presidente de la Comunidad Valenciana, Alberto Fabra, ya han avisado del peligro que supondría extender el modelo Alzira, de hospital público con gestión privada, al resto del país. No en vano su región lo ha sufrido durante años. Pero si hablamos de educación, aparte de la loable defensa que el Gobierno andaluz hace de la enseñanza pública, ¿marca Andalucía el camino con la tasa de fracaso escolar (36%) más alta de toda España?

Y vayamos más allá. Hablemos del asunto que más preocupa a los españoles: el empleo. Andalucía encabeza la lista de comunidades con más paro de todo el Estado, con una tasa del 35%. Teniendo en cuenta esta cifra, ¿podemos afirmar que el resto de españoles quieren parecerse a nosotros? Frases como la pronunciada por Griñán provocan, en el mejor de los casos, perplejidad. Y seamos sinceros, no nos dejan en buen lugar. Digamos la verdad. Hay políticas que se están haciendo bien. Y otras que no. Griñán es consciente de eso y debería mejorar lo mejorable, fijándose, por ejemplo, en las políticas de empleo que están llevando a cabo las dos únicas regiones de España que han reducido el paro en el último trimestre de 2012: La Rioja y Baleares, con un descenso del 4% y del 1,66%, respectivamente. Olvidemos las diferencias partidistas hasta que pase la crisis y busquemos alternativas -vengan de quien vengan- que ayuden a sacarnos del pozo donde estamos metidos.

domingo, 13 de enero de 2013

Pacto sin exclusiones

“Serio, útil y sin exclusiones”. Ese es el pacto por Andalucía que quiere Zoido. Y el que cualquier andaluz de buena fe firmaría ahora mismo. Cuantas más fuerzas políticas con capacidad de influencia estén en el pacto, mejor. Desde este blog, se ha criticado con dureza al alcalde de Sevilla por anteponer los intereses de su ciudad a los de Andalucía. Pero hay que reconocer que lo que pide en esta ocasión es lo que demandan la mayoría de los andaluces. Y es que el pacto por Andalucía quedaría cojo sin la participación de la fuerza más votada en las elecciones andaluzas, que -no olvidemos- es a su vez el partido político que gobierna España. Ahora que el color político del gobierno andaluz y del gobierno central no coincide es más necesario que nunca tender puentes entre ambas administraciones.

No parece un buen augurio que en una entrevista publicada hoy en El País Diego Valderas afirmase que veía casi imposible que el PP se sumase al pacto. Parece que el vicepresidente andaluz se está poniendo la venda antes la herida. El PP-A deberá asumir que los andaluces, como han demostrado en las urnas votando mayoritariamente a fuerzas de izquierdas, no quieren recortes en políticas sociales como la sanidad, la educación o la dependencia. Pero los socialistas andaluces deberán también reconocer que hasta ahora su política no ha servido para crear empleo sino para destruirlo y que la administración andaluza -como el resto de administraciones territoriales- no funciona de forma eficaz. Algo habrá que hacer para que esas dinámicas cambien. Y las tres fuerzas deberán ceder algo para que el pacto refleje lo que mayoritariamente desean los andaluces: un modelo de salida de la crisis que impida recortes en las políticas sociales pero útil para dinamizar el empleo y reformar la administración pública.

Los escollos no son sólo económicos sino también territoriales. En esa misma entrevista en El País, Valderas incluía dentro del pacto el modelo de Estado que se defendería desde Andalucía. Pero Arenas no ha dudado en afirmar hoy que el modelo federal que propone el PSOE sería “letal” para Andalucía porque eliminaría la solidaridad. Diferencias hay hasta en el modelo de Estado.

Pero no seamos pesimistas. El pacto parece que cuenta con un valedor: el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, que tiene un gran interés en que el acuerdo sirva como referente nacional para PP y PSOE, apuntándose así un tanto político. El presidente andaluz deberá propiciar un acuerdo sobre un texto que sea lo suficientemente ambiguo pero también lo suficientemente concreto como para que PSOE, PP e Izquierda Unida se sumen al mismo. Sólo un pacto en el que figuren los tres partidos representados en el Parlamento tendrá la solidez suficiente. Los ciudadanos necesitan que los políticos tengan altura de miras. Si no, lean las encuestas.